CAMPANOPOLIS


"Se suele decir que cuando una persona tiene sueños y la decisión de alcanzarlos, los imposibles se vuelven realidad. La voluntad del ser humano es la fuerza motriz más grande de todas, ejemplos que los ilustre hay muchos y por todos lados, Campanopolis es uno de ellos"

Cuando ingresás al sitio web de Campanópolis lo primero con lo que te encontrás es con esta frase genial, que resume en pocas palabras una máxima entre máximas: todo se puede lograr con esfuerzo y determinación. Una introducción ideal para representar con un ejemplo concreto que a pesar de crisis económicas inacabables, enfermedades y otro sinnúmero de reveses una persona decidida puede alcanzar lo que la mayoría consideramos inimaginable.

Ese ejemplo concreto del que hablamos es un predio ubicado en la zona oeste del Gran Buenos Aires a menos de una hora de Capital Federal, en el que se erige toda una aldea de aires medievales, cuyas edificaciones se construyeron de forma inverosímil, con mucho esfuerzo y sobre todo gracias a una cuota enorme de imaginación.

Si uno quiere remontarse a los orígenes de esta gran obra arquitectónica hay que viajar hasta mediados de los ´70, cuando el empresario Antonio Campana adquiere el predio, aunque los registros dirían que tuvieron que pasar algunos años y otras tantas cosas mas antes de que decidiese construir la villa ecléctica que hoy es. Tras saberse víctima de una enfermedad terminal, aflora una vez mas en el protagonista de esta historia ese espíritu de lucha que lo llevó al éxito en los negocios, con la salvedad de que en esta oportunidad lo hace para perseguir un fin todavía más importante: a través de la materialización de un peculiar sueño, agregar sentido vital a los años que le quedasen por vivir. Así es que se desprende de sus empresas y comienza a construir para sí y para los suyos esta aldea que desde el día primero nace y renace igual que el: prepara el terreno sembrando un bosque en lo que fue un basural y construye todo un mundo nuevo con material de demolición que en otras circunstancias hubiese contribuido únicamente a engrosar escombro.

Hoy en día sus hijos son los encargados de mantener con vida ese legado, cosa que no resulta tarea fácil dado que hubo (y hay) que continuar sorteando épocas complicadas. Pero ellos heredaron el espíritu de Don Antonio y lo logran día a día, contra viento y marea.

Tuvimos la oportunidad de charlar con Oscar, el mayor de ellos, que nos transmitió sus sensaciones al respecto de todo este mundo mágico y colaboró a través de su valioso testimonio para acercarnos anécdotas que poco se han compartido en otras entrevistas.


¿Cuáles son para vos los sectores y/o construcciones más significativos de Campanopolis? ¿Podés contar brevemente la historia de cómo decidieron erigir esas edificaciones y de dónde obtuvieron los materiales?

No hay construcción preferida. Campanopolis es una obra de arte a tamaño gigante; un ejemplo del trabajo y la fuerza de voluntad. La conjunción de los materiales y su utilización no convencional es el factor diferencial primordial. Acá uno puede encontrar entre otras muchas cosas pisos hechos con tejas y techos armados con puertas. Y comprobar que así también se pueden erigir construcciones hermosas; que a través del "desorden" es posible crear un muy lindo orden, completamente novedoso.

La gran mayoría de los elementos utilizados se obtuvieron de remates de la Ciudad de Buenos Aires y del interior del país. Mucho provino de Europa, en los barcos que viajaban para allá con grano en las épocas de gloria de Argentina y volvían con puentes, vías, cúpulas y otros elementos para construir, pero fundamentalmente para no regresar sin lastre.


¿Alguna anécdota o dato curioso en relación a conseguir esos materiales para construir el predio?

El profesor Alfonso Corso, historiador de La Matanza y gran amigo de Antonio, cuando iban a demoler el Regimiento 3 de Infantería La Tablada logró rescatar un mástil histórico y lo emplazamos acá. Es un orgullo para nosotros haberlo podido salvar, tenerlo como en custodia. Se hizo un evento alusivo muy lindo, con la banda del ejército.


Durante estos años Campanopolis ha sido sede de diversos eventos y también fue elegida para campañas publicitarias. ¿Cómo comenzó esa parte de la historia?

Todo comenzó con los amigos y curiosos, que de a poco se iban acercando al predio. Todavía no estaba abierto al público pero imaginate que ya las construcciones llamaban la atención y así inició el boca a boca. Al verlo, la gente empezó a plantearnos de hacer acá eventos, presentaciones, casamientos...

Con el tiempo todo se fue profesionalizando y adaptando para dichos eventos, pero la realidad es que Antonio armó en principio una obra de arte para el y los suyos, y después el destino hizo que se reconvirtiese y se abrieran las puertas para todos.


¿Cuáles de esos eventos para vos fueron los más significativos?

Se hicieron muchos y muchas filmaciones. De ahí me han quedado muchas amistades, como Ricardo Montaner. Se han montado fiestas increíbles para compañías que no viene al caso nombrar, que han sido muy memorables. El objetivo era trasladar a la gente en tiempo y espacio a las épocas de las cruzadas. Que los almuerzos y cenas se hiciesen entre caballeros templarios, que hubiese espacio para danzas medievales, demostraciones de entrenamiento con espadas, gente cocinando sobre las piedras como en aquellos entonces... Propuestas de eventos completamente diferentes a los que se pueden encontrar en sitios como Capital Federal.


Si tuvieses que contar en pocas palabras a alguien por qué debería conocer Campanópolis, ¿qué le dirías? ¿Con qué se va a encontrar?

Con algo cien por ciento diferente a todo. Algo que rompe las estructuras. Hablamos de una ciudad encantada, un lugar mágico para trasladarse en tiempo, lugar y espacio. Aprender y recordar el pasado, desde lo material a lo espiritual. Creo que sería muy lindo retomar los valores de antaño para recuperar la importancia de la palabra, cumplir horarios, que uno en trabaje un lugar y se sienta honrado de hacerlo...


Para planificar una visita, contanos de los ammenities y servicios del predio, la duración y qué incluye.

Desde la web o las redes sociales la gente puede contactar para una visita o para armar un evento. Si vienen grupos se pueden organizar en la semana. También producciones de fotos, cumpleaños y casamientos.

Las puertas para el público en general se abren los sábados, de 9 a 13 horas. Hay guías para un recorrido explicativo detallado.

A su vez hay espacio para visitas escolares, aprendiendo a través de ellas sobre ecología y medio ambiente. Concientización sobre el reciclaje, para repensar que todo se puede reutilizar. En Campanopolis estamos ante un gigantesco ejemplo de eso.



Hay mucha más información interesante en la página web sobre, por ejemplo, los orígenes del nombre del lugar y antecedentes del predio anteriores al emplazamiento de la aldea (más de uno se sorprenderá al descubrir el pasado que esconde...)

https://campanopolis.com.ar/