ROSEMARY´S BABY

Año: 1968

Sin temor a equivocarnos, podemos asegurar que esta obra maestra del terror comparte el podio junto a otros clásicos del género como Psicosis y El Exorcista, dentro de un muy selecto grupo de producciones. Hablamos de esas películas que al día de hoy continúan erizando la piel a pesar de haberse realizado con recursos mucho más simples que los que existen hoy día a disposición. ¿Cuál es el factor principal que lo hace posible? Un riquísimo argumento, inspirado en una temática que pocos (muy pocos) se habían animado a explorar hasta ese momento de su realización. Y brillantes actuaciones.

El genial Roman Polanski se sumerge con El bebé de Rosemary en el inframundo de las sectas ocultistas y el culto satánico. Y como cualquier gran emprendedor, se focaliza en alcanzar su objetivo sin dejarse amedrentar o desalentar por los escollos del camino, sin descuidar ni el más mínimo detalle. Y lo logra. A pesar de las amenazas recibidas por grupos de reales adoradores de lo oscuro que, incómodos, no deseaban que tomaran difusión algunas de sus más sórdidas y peculiares prácticas (como es sabido, esto trajo sus consecuencias: Sharon Tate, la pareja del director, fue asesinada un año después del estreno del film).

Y si de detalles hablamos: la película se filmó en el edificio Dakota, que ya antes del rodaje era célebre por rumores sobre extraños hechos que allí sucedieron, entre los cuales se pueden mencionar rituales, fenómenos sobrenaturales, etcétera. Y no hay que olvidar que después terminó de convertirse en centro de las miradas, cuando en sus mismísimas puertas fue asesinado el gran John Lennon.

Todo el halo que rodeaba el proyecto ya causaba malestar; se podría decir que solo participaron quienes se animaron. Sin ir mas lejos Mia Farrow, la protagonista principal, se anotó a pesar de la opinión de Frank Sinatra, quien hasta entonces fue su marido y decidió separarse de ella por este motivo.

El bebé... gira en torno al embarazo de Rosemary, una joven inocente y angelical que se muda junto a su pareja al edificio, buscando un espacio más amplio para vivir y formar su propia familia. Allí conoce a un grupo de entrometidos vecinos que al "enterarse" de que va a ser madre, deciden asistirla y guiarla durante todo el proceso. A tal punto que incluso arreglan reemplazarle a su médico de cabecera. Todo es una conspiración, de la cual hasta el marido de la protagonista es parte. El bebé resulta ser el hijo del Diablo, concebido por lo que se muestra como un ser amorfo durante un ritual del cual la chica forzosamente toma parte pero en principio confunde con una simple pesadilla debido a su estado de semi inconsciencia, por las drogas que le suministran subrepticiamente.

El embarazo entonces lo va transitando inmersa en ese extraño clima, acerca de lo cual la chica comienza a sospechar cada vez más. No solo por su entorno sino que ella misma con el transcurso de las jornadas se da cuenta que va perdiendo su salud... como consumiéndose por ese ser que va creciendo en su interior.

El terror en sí no es llevado al espectador por presenciar escenas de asesinatos a sangre fría. De hecho lo más impactante en ese aspecto se refiere a los cameos desenfocados a ese ser diabólico que posee a la pobre víctima. Hablamos un terror peor aun; psicológico, por todo lo que envuelve la trama. Recomendamos fervientemente verla y experimentarlo en carne propia.