METROPOLIS
AÑO: 1927
Así como Julio Verne volcó al papel increíbles historias anticipándose a esos osados adelantos tecnológicos de la humanidad que le permitieron al hombre entre (otras cosas) explorar las profundidades del mar y viajar al espacio, los alemanes Thea von Harbou y Fritz Lang se animaron a la confección del guión de esta película, quizás la primer obra maestra del cine de ciencia ficción de la que se haya oído hablar. El germen de dicho guión resultó ser una novela escrita por la mujer un año antes, inspirada al igual que Verne en mundos futuristas fantásticos pero también en la complejidad de una trama social marcada por las diferencias que desde siempre existieron en relación a inequidad en la distribución del ingreso, injusticias laborales y a las revoluciones que este cóctel solía y suele hasta la fecha originar.
La trama
Metrópolis es una mega ciudad del siglo XXI a la que nada parece faltarle. Sus habitantes gozan de un buen pasar y disfrutan de todas las ventajas en que se traduce el vivir allí. Pero lo que pocos saben y a nadie parece importarle es que en sus profundidades existe un gigantesco grupo de obreros invisibles, que son justamente los que trabajan casi sin descanso para mantenerla en pleno funcionamiento.
Un día Freder Ferguson, hijo del director gobernador de la urbe (Johan) detecta por casualidad a un grupo de niños y a una mujer reconociendo los alrededores. Le llama la atención sus ropas humildes y los gestos en sus rostros de tristeza y curiosidad. Al decidirse a averiguar de dónde provienen, descubre ese mundo subterráneo en que sus operarios apenas logran subsistir. Encuentra allí a María, la mujer que guiaba a esos niños, se enamora de ella y decide ayudarla intercediendo ante su padre para mejorar la situación de sus pares. Pero choca contra el ambicioso Johan, quien se niega rotundamente a modificar sus condiciones de trabajo. A pesar de ello Freder no desistirá en su intento, pero el inescrupuloso gobernador urdirá un plan para buscar desmotivarlo: acude al científico Rotwang para aggiornar un robot con la apariencia de María, quien luego será secuestrada y reemplazada por este. El autómata, dirigido por su dueño, adoptará en principio una conducta errática incitando a los obreros a revelarse con el objetivo primordial de mostrar una María diferente a Freder. Pero la situación se saldrá de control; la turba iracunda saboteará el núcleo de la ciudad, llevándola al borde de la destrucción.
Conclusiones
Más allá de tratarse de una historia atrapante por su originalidad, son de destacar los efectos especiales y una producción impecable, la cual demandó una fortuna para la época. No obstante no escapó de la censura y para su estreno sufrió varios cortes que persiguieron "alivianar" su mensaje y eliminar directamente algunas escenas subidas de tono vinculadas con el erotismo que transmitía la actitud de esa falsa María, enfocada en enardecer a la población que padecía bajo tierra.
Cuenta la historia que durante la Segunda Guerra Mundial se destruyeron los negativos originales pero que gracias a una copia hallada en nuestro país (sí... acá en Argentina) pudo recuperarse parte importante de esas escenas que se creían perdidas para siempre. Y que a consecuencia de esto hoy es posible ver una versión restaurada que se acerca lo más fielmente posible a la original.